
Tras la renuncia de Silvio Berlusconi, Mario Monti, el nuevo primer ministro de Italia, inició un reajuste ministerial, buscando incluir nuevos talentos para gobernar al país y sacarlo de su crisis de la deuda. Sin embargo cometieron un cómico error.
Francesco Braga, un profesor de agronomía de origen italiano en una universidad de Ontario, al sudeste de Canadá, descubrió su nombre y su foto en un artículo digital, en el cual se anunciaba su nombramiento como viceministro de agricultura de Italia, país del que se había ido hace 28 años.
"Mi mujer pensó que mis amigos de Italia me estaban gastando una broma" declaró Francesco.
Más tarde, empezó a recibir una avalancha de felicitaciones, entre ellas la del propio ministro de Agricultura, Mario Catania, quien lo animaba a aceptar el cargo.
Pero tras comunicarse con funcionarios de más alto rango descubrió que se trataba de un malentendido. El puesto era en realidad para Franco Braga, un profesor de ingeniería civil experto en terremotos.
Sonriente, Francesco Braga dijo que "es un triste día para el sector agropecuario de Italia, si nombran a un ingeniero civil, especialista de la construcción de edificios resistentes a terremotos, y no a un economista que conoce el sector".
Mistakenly named Deputy Minister for Agriculture
After the resignation of Silvio Berlusconi, Mario Monti, the new prime minister of Italy, opened a cabinet reshuffle, intending to incluide new talents in order to rule the country and get it out of its debt crisis. But they made a funny mistake.
Francesco Braga, an italian agronomy professor of a university in Ontario, southeastern Canada, discovered his name and photo on a digital item, which announced his appointment as Deputy Minister for Agriculture of Italy, that he had left 28 years ago.
"My wife thought my friends from Italy were playing tricks on me," said Francesco.
Later, he began to receive a flood of congratulations, including one of the minister of Agriculture Mario Catania, who encouraged him to accept the position.
But after communicating with higher government employees he discovered that it was a misunderstanding. The post was actually for Franco Braga, a professor of civil engineering expert on earthquakes.
Smiling, Francesco Braga said "it's a sad day for the agricultural sector in Italy, if you appoint a civil engineer, a specialist in the construction of earthquake resistant buildings, not an economist who knows the industry."